Tener un ERP cuando el mercado cambia

En tiempos de incertidumbre las empresas, los proveedores y los clientes sufren cambios de comportamiento que impactan en la vida económica de las organizaciones productivas y comerciales que registran variaciones en el desenvolvimiento normal de sus operaciones.

Los cambios en las expectativas de ventas y la incertidumbre en general, afectan a las empresas obligándolas a buscar soluciones para entender mejor el contexto, o bien para tomar mejores decisiones cuando la realidad toma comportamientos muy diferentes a los habituales.

Si bien en las crisis los gerentes no se plantean invertir en sistemas informáticos, en algunos casos la carencia de software adecuado cuando el contexto se vuelve desfavorable, pone en evidencia la falta de información con que se maneja la empresa y las dificultades para tomar decisiones sin datos actuales e históricos.

Sin embargo muchos empresarios ven en las crisis una oportunidad para revisar procesos, estudiar costos, reorganizar áreas y optimizar recursos. También suelen reconsiderar la posibilidad de conseguir los beneficios que un ERP puede aportar a los negocios y su gestión.

Los resultados de sistematizar áreas y centralizar la información de una organización son muchos, y tienen distintos niveles de “profundidad” en términos económicos y organizativos. Citamos a continuación algunos de ellos:

Conocer mejor:

La economía cambia y las variables fluctúan y esto provoca cambios en la dinámica de los negocios en general. Para estar preparados hay que estar en grado de seguir la evolución de los parámetros más importantes de la compañía. Sólo los más informados serán capaces de responder a tiempo al nuevo paradigma que la crisis plantea. En momentos de incertidumbre, el ERP es un perfecto aliado para mejorar la asertividad y la capacidad de respuesta de la empresa.

Costear más:

Una de las razones para implementar un ERP es la de conocer mejor los costos. Se habla de reducción de costos, pero en realidad, los sistemas proveen la información que un gerente necesita para analizar detalladamente las estructuras de costos, los rubros de mayores gastos, los centros de costos con más desperdicios. Gracias a su capacidad de procesar miles de datos en pocos instantes, los ERP permiten simular escenarios y detectar oportunidades de mejor aprovechamiento de recursos. Las situaciones de crisis nos hacen replantear si los números que manejamos nos permitirán sortear la crisis con holgura.

Organizar:

Los ERP son sistemas que traen embebidas las mejores prácticas de organización y de procesos consecuencia de la multiplicidad de empresas en la que fueron implantados. Como consecuencia de ello, el ERP implementado se transforma en una poderosa herramienta ordenadora, donde las funciones se ordenan y los procedimientos se cumplen con eficiencia.

Adaptarse:

El que más conoce al mercado es quién puede obtener de él mayores réditos. Si hay cambios en las necesidades o expectativas del cliente, quien más rápido reaccione ante ellas y adapte su oferta a esa demanda, será quién gane la pulseada del mercado. En ese sentido, el ERP aporta la facilidad de configurar nuevos productos, estimar tiempos de entrega y calcular stock de materiales y recursos para cumplir con un programa de fabricación y entrega.

Concluimos diciendo que si la competencia cuenta con tecnología de gestión, tiene una ventaja competitiva por sobre los demás. Los beneficios del ERP están relacionados con la mejora en la disponibilidad de la información, la reducción de costos, la optimización de los procesos, la flexibilización e integración entre áreas y otras funciones que permiten a la empresa responder a más con menos.

Es difícil encontrar un momento más oportuno para implementar un sistema ERP que durante una crisis.

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